Seguramente hayas escuchado hablar de la decoración minimalista y te preguntes en qué consiste concretamente y cómo puedes conseguirla. Pues bien, hoy intentaremos explicártelo y darte algunos trucos y claves para que logres darle al espacio que desees este estilo tan utilizado y que nunca pasa de moda.
DECORACIÓN MINIMALISTA
Uno de los estilos más innovadores y futuristas
Una definición rápida del estilo minimalista sería aquella frase tan famosa de «menos es más» porque sí, este tipo de decoración solo emplea los elementos precisos a la vez que funcionales. Por lo que, en la línea de esta definición, los espacios tienden a ser diáfanos y abiertos, con estancias despejadas y materiales puros.
Dentro del minimalismo podemos englobar varios estilos dependiendo del enfoque que le queramos dar al espacio. Por ejemplo, si eres amante del blanco y este es el color central de tu decoración, te estarás decantando más por un estilo nórdico y si, por ejemplo, te gusta que se vea el material de construcción (cemento, hierro, ladrillo) te estarás decantando por un estilo más industrial. Ahora bien, siempre que mantengas la premisa de que el espacio esté despejado y que solo contenga los muebles y la decoración justa y funcional, estarás dentro del minimalismo, porque no, no son incompatibles.
Elementos del Minimalismo
Iluminación: el estilo minimalista huye del exceso de bombillas, es decir, nada de lamparitas por cada rincón ni nada de guirnaldas navideñas. La clave está en conseguir una buena iluminación con el mínimo de lámparas y/o bombillas.
Detalles: si no quieres que tus paredes estén completamente vacías (ni se te ocurra empezar a poner ni cuadros ni fotos ni hacer composiciones con estanterías por muy moderno que te parezcan porque eso NO es estilo minimalista) puedes recurrir, por ejemplo, a los espejos. En general, este elemento es utilizado por los decoradores porque aporta profundidad a los espacios, por ello, y en la línea de lo explicado anteriormente, quedarán perfectos. Ahora bien, elige pequeños espejos y combínalos con marcos que contrasten y lo hagan un objeto visualmente atractivo o bien espejos grandes para paredes que sean amplias o formen parte de un espacio diáfano.
Colores: el estilo minimalista se caracteriza por la sobriedad y por utilizar una paleta monocromática. Se utilizan tonos claros que no se diferencien mucho los unos de los otros y, como mucho, se utiliza un color distinto para poner el acento. Sobre todo hay que huir de los espacios con muchos contrastes.
Mobiliario: el mobiliario que más va con el estilo de decoración minimalista son aquellos con líneas rectas, sin ornamentación, planos básicos, sencillos, útiles y con acabados perfeccionistas.
Telas: las telas que utilicemos o elijamos para sofás, sillas, cojines y cortinas tienen que ser de colores similares al resto de la decoración para que haya una coherencia en el espacio. Debemos prescindir de los estampados y elegir colores claros y similares al resto de la decoración, ya que esto, aporta al espacio sensación de tranquilidad y relajación.
Como última clave y sirviendo de repaso a todo lo expuesto, busca diseños limpios, manten las estancias despejadas, utiliza solo elementos imprescindibles y funcionales a la par que simples. Dormitorios sin cabecero o con cabeceros simples, utiliza puertas planas y materiales únicos para suelos y paredes.
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